lunes, 28 de septiembre de 2009

Vidas paralelas de dos bibliotecas populares

Tucumán, Argentina.- El refranero popular es rico en expresiones que encierran sabiduría. En una misma familia, las suerte de los hermanos puede ser distinta. "Unos nacen con estrella; otros, estrellados", se suele decir. Eso pareciera ocurrir con dos bibliotecas de dos ciudades del sur de la provincia, cuya realidad es totalmente diferente. Ambas llevan el nombre de ilustres tucumanos, aunque uno de ellos se crió en Santiago del Estero.

En Aguilares, la Biblioteca Popular "Ricardo Rojas" es visitada mensualmente por aproximadamente 2.000 jóvenes que disponen allí de un registro bibliográfico informatizado de 8.900 textos. Se encuentra informatizada desde 1992 con computadoras a la que socios y particulares pueden acceder a Internet. Por otro lado, los vecinos de ese municipio y de zonas aledañas pueden acceder a una oficina de "Información al Ciudadano", donde reciben informaciones tributarias, relacionadas con trámites en la Anses y de becas, entre otras.

La entidad que cuenta con 3.000 asociados, dispone de un bibliomóvil que recorre los barrios de ese municipio, pueblos y escuelas del departamento con libros y una animadora cultural. La entidad cumplirá 100 años en 2010; tiene tres salones de lectura climatizados y uno para conferencias. Su personal está integrado por 13 personas, entre ellas dos bibliotecarias. A lo largo del año tiene programadas actividades culturales de todo tipo. En su misma sede ha instalado una confitería que está concesionada.

De ese modo, posee ingresos extras al subsidio que recibe anualmente de la Unión de Biblioteca Populares.En contrapartida, la Biblioteca "Nicolás Avellaneda" de Concepción tiene sólo un centenar de socios y desde 2006 intenta recuperar con poca fortuna que esplendor que tuvo alguna vez la institución creada en 1913. Su declinación puede encontrarse en los prolongados períodos de acefalía y otros problemas que impactaron en su funcionamiento. Actualmente, el inmueble se cae a pedazos.

En septiembre de 2007, publicamos una crónica en la que se señalaba que la princesa Máxima de Holanda se había comprometido a colaborar en la recuperación de la sede. El prestigioso arquitecto tucumano César Pelli había ofrecido su asesoramiento. La comisión directiva de la institución se aprestaba a iniciar en 2007 una campaña para reunir 1.000 socios y, con los recursos que se obtuvieran de la cuota, se iniciaría la reparación de los techos.

La idea era transformar la biblioteca en un centro cultural, con una sala teatral, una sala de lectura más amplia y otras dependencias. En el proyecto se contemplaba la instalación un bar con salida a la calle porque se pretende que en algún momento la institución pudiese autofinanciarse. Sin embargo, la recuperación edilicia está postergada. "Todo va a depender de la ayuda y compromiso que asuma la comunidad. Estamos teniendo colaboración de empresas e instituciones privadas, pero hace falta mucho más para avanzar y cumplir con los objetivos. Hay que tener en cuenta que el edificio está en ruina y se tiene que reconstruir totalmente, salvo la fachada", afirmó un directivo.El edificio es considerado por los especialistas en patrimonio como "muy distintivo y singular entre los edificios del interior de la provincia y constituye un fuerte foco de atención dentro del paisaje urbano".

Creemos que la comunidad de Concepción no debería permanecer indiferente a la realidad de esta entidad que cuenta con más de 12.000 volúmenes y que puede seguir siendo de gran utilidad para los estudiantes sin recursos. Sería positivo también que el Gobierno provincial aportara los fondos necesarios para la restauración del inmueble y de ese modo, se recuperaría este valioso patrimonio de "La Perla del Sur" para la cultura de Tucumán.
Editorial de la publicación digital La Gaceta

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